"Espinosa de Cerrato (Palencia)"

18 abril 2008

NOMBRES -H,I-

Estos son casi todos los nombres que ha habido y hay en Espinosa de Cerrato. Faltará alguno, seguro y lo que sigue puede ser el significado de los mismos. (El significado de los nombres que aún no lo tienen se irá añadiendo a medida que se vaya poniendo. Si nos hemos dejado algún nombre, hacédnoslo llegar)

TODOS LOS DATOS QUE FIGURAN EN CADA NOMBRE HAN SIDO SACADOS EN SU MAYORÍA DE EL ALMANAQUE, CUYA DIRECCIÓN ELECTRÓNICA ES
http://www.elalmanaque.com/index.htm , PAGINA QUE OS ACONSEJO VISITÉIS PORQUE TIENE COSAS MUY CURIOSAS, Y OTROS DE http://www.terra.es/personal/angerod/opciones.htm

Hector: Ektwr (Héctor) es la forma griega de este nombre. Coincide con el adjetivo de acción de ecw (éjo)=tener, y significa "el que sostiene fuertemente", "el que retiene" y de ahí el significado de "ancla", sobrenombre que se da también a Zeus. Esto es lo más seguro sobre el origen y la forma de este nombre. Apurando un poco más se podría entender que tiene relación con el verbo ektoreuw (ektoréuo; ya sin h), que significa arrancar, extirpar, desbrozar, esculpir, cincelar... Es un compuesto de ek (ek), prefijo que indica movimiento hacia afuera, extracción, etc. Más titrwskw (titrósko), que significa penetrar, arrancar, herir, hacer daño, romper... Tendríamos en esta vertiente el aspecto guerrero y duro del implacable Héctor; y en la primera etimología se nos retrataría el héroe firme, que es capaz de defender a los suyos, que es para ellos un ancla que les ofrece seguridad en medio de las tormentas. Para los griegos y para los paladares que aprecian el mundo clásico, es éste un nombre exquisito.

Heraclio: HrahlhV (Heraklés) significaría héroe-dios según unos, o la gloria de Hera según otros, a tenor de las más antiguas etimologías, aportadas por los mismos griegos. El primer elemento del nombre, Hera, hace referencia a la diosa de este nombre, divinidad del matrimonio, que representa la grandeza y soberanía maternales, divinidad también de la tierra fecunda. La forma latina de este nombre es Hércules muy apreciado también como nombre propio, aunque las preferencias se decantan por la forma griega Heraclio (femenino, Heraclia). Heraclio procede de la forma adjetiva, que significa propio de Hércules, característico de Hércules o Heracles.

Higinio: Comparte raíz con la palabra griega ugieia (hygieia) que significa "salud" y es también la diosa del mismo nombre. Más que una diosa, Higea era una personificación de una idea abstracta. Iba comúnmente asociada al dios Esculapio que los griegos invocaban para conservar o para recobrar la salud. Higea solía usarse también como adjetivo acompañando a otras divinidades que no son especialmente curativas como Deméter y Atenea.

Hilario: Del griego ilaroV (ílaros) que significa alegre, animoso; relacionado con ilaoV (ílaos), que significa propicio, favorable, amable; y el correspondiente verbo ilaskomai (hiláskomai) inclinarse en favor de alguien, ser conciliador. De ahí pasa al latín hilarus que mantiene el significado de alegre, lleno de vitalidad. No aparece como nombre propio hasta el cristianismo, por lo que hay que deducir que fue un sobrenombre que se convirtió en nombre.

Honorio: Derivado del latín honor / honoris, significa honorable, digno de honor. Este nombre, así como los demás derivados de honor (Honoria, Honorato, Honorata, Honorino, Honorina), hacen su aparición en la onomástica romana, ya en nuestra era, formando parte del elenco de los nuevos nombres cristianos. Durante el primer milenio se llevó mucho. Hoy vuelven a él los que prefieren nombres que además de sonoridad y significado, tengan historia.


Ignacia: Latín. Derivado del griego “Igniatio” significa "Aquella que es hija mía".

Ignacio: Tratándose del personaje de que se trata, es verosímil que la etimología que se suele dar de su nombre, no sólo sea la acertada, sino incluso que él mismo la conociese y por ello hubiese elegido el nombre. Porque Ignacio de Loyola, no se llamaba así, sino Iñigo, pero cambió el nombre desde el momento en que decidió cambiar radicalmente de vida. Ignacio dicen que viene de la forma latina Ignatius, formada a partir de ignis, que significa fuego. Ignatius vendría a significar por tanto "inflamado", "portador de fuego"; porque realmente es eso lo que fue san Ignacio de Loyola, un volcán del que salieron ríos de fuego vivificador. El mundo no siguió siendo el mismo después de san Ignacio y de su Compañía, que como un ejército disciplinado fue conquistando posiciones en la Iglesia y en el mundo. Su anterior nombre, Iñigo, parece proceder de un topónimo vasco que significaría "lugar encrespado". En sus dos formas, este nombre ha hecho fortuna, siendo muy apreciada últimamente por los más castizos la forma de Íñigo.

Inmaculada: La Inmaculada Concepción de María Madre de Dios es lo que se celebra el día 8 de Diciembre. Asunto sumamente serio, que ha movido pasiones, y no es para menos. Las Inmaculadas, Immas, Conchas, Conchitas y Puras tienen un nombre de armas tomar.
Casi un milenio le costó a la cristiandad proclamar que la Madre de Dios había sido concebida sin heredar el pecado original, que ella no recibió la herencia genética del pecado. Si se rompía aunque fuese por una sola vez la ley genética inexorable de la transmisión de las culpas de padres a hijos, se abría una puerta de salvación para toda la humanidad. Lo importante era romper la norma.
Había mar de fondo. La tormenta venía de lejos. En los primeros siglos de implantación del cristianismo, se formó "la de Dios es Cristo" discutiendo si Cristo era o no era Dios. Un tema que levantó pasiones, polarizó intereses y costó mucha sangre. Era inevitable que una vez admitido que Cristo, el prototipo del hombre cristiano, se había librado de la servidumbre que impone la condición de hombre, se plantease la misma cuestión para el prototipo de la mujer cristiana, María Madre de Dios.
La disputa por la naturaleza de la Madre de Dios fue menos virulenta, posiblemente porque fue más larga. Representaba para muchos una dificultad insalvable reconocer la divinidad de Cristo, al que sin embargo se le invocaba igual que a Dios, "Nuestro Señor". Y costaba admitir que invocar a María Madre de Dios como "Nuestra Señora", era reconocer que estaba por encima de la naturaleza humana precisamente en aquello que la hace humana: en el pecado transmitido por herencia y que justificaba y explicaba todos los males de la humanidad, de paso que delimitaba la frontera con la divinidad. Si la sustancia de la humanidad es la culpa, y la esclavitud su consecuencia, la ausencia de culpa es la esencia de la divinidad.
España y muy especialmente el reino de Aragón se distinguió por la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción de María. Ramón Llull fue el abanderado con su tratado "De Immaculata Beatíssimae Vírginis Conceptione". Numerosas universidades y ciudades europeas se juramentaron para defender la que consideraban una verdad trascendental en su fe y en su vida. En España se forjó el saludo "Ava María Purísima" "Sin pecado concebida". Finalmente, después de tantos siglos de dilaciones, se produjo el consenso en toda la Iglesia católica y el 8 de diciembre de 1.804, el papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de María, con lo que la gran figura femenina del cristianismo quedaba elevada de hecho a la dignidad de Diosa-madre

Inés: Griego:"inocente". En catalán: Agnès. Virgen mártir de mediados del siglo III. Dice la tradición que Santa Inés procedía de una familia noble y rica y que a medida que crecía se iba convirtiendo en una muchacha de seductora belleza. Su larga y rubia caballera encendía el deseo de los jóvenes romanos. Pero ella, a la edad de 12 años, había prometido castidad perpetua y sufrió el intento de varias violaciones. El primer hombre que la quiso violar le cegó un intenso rayo de luz. Santa Inés lo perdonó y pudo ver de nuevo. Pero el segundo que quiso deshonrarla quedó muerto por otro rayo de luz esta vez más intenso. La gente de Roma la tachó de hechicera y fue martirizada por decapitación. Esta santa ayuda a tener "novios", siempre que éstos sean implorados con buena voluntad y no para pasar el rato. Onom: 21 enero.

Inocencio: Latín: "inocente". Uno de los "inocencios" conocidos es el que fue Papa: Inocencio I. Ocupo la sede pontificia desde el 402 hasta el 417. Condenó la herejía pelagiana. Esta herejía del siglo V fue obra de Pelagio, un monje británico que negaba que el hombre naciera bajo el pecado original y que no hacía falta la gracia de Dios para conseguir la salvación, ya que el hombre, por si sólo ya la podía alcanzar. Onomástica: 28 julio.

Irene: Irene procede de eirhnh (eiréne),que significa paz. Los griegos tenían un alto concepto de la paz, que representaba no la situación en que uno acepta someterse a su conquistador, sino aquella en que las rivalidades entre pueblos vecinos se resolvían finalmente mediante alianzas justas, en vez de resolverlas por las armas. Por eso la entronizaron entre las divinidades, puesto que para ellos era un valor de primer orden. Este nombre ha tenido un gran prestigio no sólo en Grecia, de donde es originario, sino también en todo el mundo.

Isaac: Alegría" es el significado de este nombre, grande entre los grandes. Tres son los patriarcas, es decir los fundadores del pueblo de Israel: Abraham, Isaac y Jacob. Isaac en medio, como hijo de Abraham y padre de Jacob. Emprendieron entre los tres la obra ingente de fundar el pueblo de Israel, que significó tanto como fundar otra humanidad, rediseñar al hombre. El sacrificio de Isaac es el punto de inflexión del nuevo rumbo de la humanidad. Se trataba de cambiar de dioses. Los dioses de las tierras por las que iban y venían con sus enormes rebaños y con su abundante servidumbre estos pastores andariegos, eran todos sanguinarios: exigían frecuentes sacrificios humanos; estaban instalados en el canibalismo. Abraham, Isaac y Jacob entendieron que comerse unos a otros y tener unos dioses que se empeñaban en perpetuar esa barbarie, no les llevaría a ningún sitio. Necesitaban por tanto un Dios distinto sobre el que cimentar una nueva manera de ser hombre; la batalla definitiva se libró sobre Isaac.


Isabel: Nombre hebreo que significa "el juramento de Dios", que evoca por tanto la idea de fidelidad y firmeza.

Isaías: Es éste uno de los grandes nombres bíblicos. Significa "Yahvé es salvación", si la grafía es Yesa-Yahu. Si como señalan otros etimologistas nos atenemos a la forma Isa-Yah, la más frecuente en los códices, su significado sería "Nuestro Dios tensa". Y una tercera grafía, Ishua-Yah significaría "Dios es salud". Cualquiera que sea su significado, tiene el componente Yah (Yahvé).

Isidoro: Es éste un nombre que perdura en España a través de los siglos, y casi desconocido en otros países. Etimológicamente, procede del griego Isis doron (doron), es decir, "don de Isis", una diosa egipcia que también se veneró en la Grecia clásica. Tiene el femenino Isidora y las variantes Isidro e Isidra.

Isidro: En España tenemos dos grandes Isidros: el letrado, llamado con la forma culta del nombre, Isidoro; y el labrador para quien se reserva la forma popular del nombre: Isidro. Ambos proceden del griego IsiV (Isis) dwron (dóron), don de Isis, la diosa egipcia venerada también en la Grecia clásica. San Isidro Labrador es el georgoV (georgós), el trabajador del campo (que eso significa Jorge), pero sin armadura.

Ismael: Nombre hebreo del Antiguo Testamento. Procede de Ichma-el o Isma-el, es decir, "Dios escucha". El primero que llevó este nombre fue el primogénito de Abraham, que nació de su unión con Agar, esclava egipcia de su esposa Sara. Es muy estimado tanto entre los judíos como entre los árabes (Ismail es la versión árabe). Entre nosotros, con el gran auge que han experimentado últimamente los nombres bíblicos, el de Ismael ha conocido un notable resurgimiento.

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