Como manda la tradición, los espinosiegos acompañarán a la Virgen del Rosario (que reside durante el año en la Iglesia) bailándola y vitoreándola en busca de la Virgen del Saúco (que reside en la ermita). Tras unas oraciones en la ermita se subierán ambas Virgenes a la Iglesia, donde pasarán juntas el verano.
Cuenta la tradición que se subía a la Virgen del Saúco durante el verano a la Iglesia para que cuidará a los niños mientras las madres iban al campo a hacer las labores.
Y todo ello es motivo de mucha alegría para todos los espinosiegos, que participan en otras actividades programadas como el ya famoso Vino Español y la rifa de un cordero a cargo de la Cofradia Nuestra Señora del Saúco, Verbenas por tardes y noches... y lo más importante, que estas fiestas sean motivo de reencuentro entre familiares y amigos.
Y qué decir tiene que.....
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