"Para mi fue un gran compañero y una excelente persona. Que la sombra bienhechora de su vida riegue la nuestra para que en el sosiego de la espera podamos dar fruto en abundancia como él lo dio."
Hace algunos días fallecía en el Colegio de los Hermanos de la Sagrada Familia de Valladolid, Isidro Álvaro Arnaiz. Siendo muy joven ingresó en La Horra y en el año 1953 hizo su primera profesión religiosa en La Congregación de los Hermanos de la Sagrada Familia.
Quiero que estas sencillas palabras sirvan para recordar quién fue Isidro a todas aquellas personas del pueblo tanto si le conocieron como si no.
Su vida se caracterizó por ser:
Una buena persona. Este fue su distintivo, el de ser una persona honesta y de corazón limpio, de quien te podías fiar y a quien podías recurrir ante una necesidad porque te escuchaba y te ayudaba en todo lo que podía.
A nivel de compañero y como miembro de la comunidad a la que pertenecía, era una persona próxima, amable, que inspiraba confianza. Era dialogante con humor, sin dramatizar las cosas, sin autosuficiencia y consciente de que él no era la verdad absoluta. Capaz de iluminar las situaciones humanas con la luz de la fe. Ante situaciones de desánimo y decepción, aportaba su palabra amiga que despertaba confianza.
Educador cristiano. Amó la vocación de educador cristiano que vivió en todo momento con intensidad. Le preocupó la formación intelectual de sus alumnos así como la formación cristiana y religiosa de los mismos por lo que no escatimó esfuerzos para alcanzar la titulación adecuada para poder impartir las clases y estar al día en el conocimiento de las necesidades intelectuales y morales de los adolescentes que pasaron por sus clases. Preparar las clases para que sus alumnos aprovechasen al máximo, fue su gran obsesión, una obligación moral para él. Pero además del éxito académico de sus alumnos, le inquietaba mucho más el provocar en ellos respuestas cristianas.
Además de profesor y educador cristiano, sus superiores le confiaron puestos de alta responsabilidad como Director del Colegio de Barcelona, uno de los más grandes (mil ochocientos alumnos aproximadamente y más de cien profesores) que tienen los Hermanos en la ciudad Condal.
Hermano de la Sagrada Familia. Su mayor ilusión. Descubrió que Dios le llamaba a la vida religiosa y se hizo disponible viviendo con fidelidad sus votos de pobreza, castidad y obediencia. Respondió a esa llamada de Dios bajo el impulso de la acción del Espíritu Santo, consagrándose a ÉL dentro de la Iglesia. Su espiritualidad se inspiró en la vida de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José. Como religioso, participó en la Misión de la Iglesia de edificar y extender el Reino de Dios en este mundo a través de la pastoral, principalmente, mediante la educación cristiana, la catequesis y la animación litúrgica. Es este espíritu el que le llevó a dedicar una parte de su vida, dando lo mejor de sí, trabajando como Misionero durante trece años en tierras de Ecuador.
Descanse en paz.
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