El Tejón es un carnívoro de tamaño medio, que puede llegar a pesar unos 15 Kg., con cabeza alargada y triangular, con el cuerpo también alargado de hasta 90 cms. de longitud de la que solo 15 cms. corresponden a la cola. Las patas son muy cortas, aunque fuertes, con mayor desarrollo muscular en las anteriores. El hocico es prominente, móvil y musculoso, encontrándose particularmente adaptado a excavar y hozar, mientras que el cuello es corto y ancho. El pelaje es largo y fuerte en el lomo con una característica mezcla de blanco y negro, siendo enteramente negro en el vientre y patas. La cabeza es blanca, con dos franjas negras laterales, paralelas, muy características de la especie, que abarcan los ojos, aunque no es raro ejemplos de albinismo. La piel es gruesa y muy resistente, y está cubierto de un pelo que sufre una caída anual. Precisamente el pelo del tejón tiene unas características muy especiales, en cuanto que su dureza (ni muy rígida, ni frágil) lo convierte en ideal para algunos usos tradicionales como pinceles artísticos, cepillos y particularmente brochas de afeitar, y en el Norte de China su piel se ha utilizado para hacer mantas.
El olfato y el oído lo tienen muy desarrollado, mientras que la vista la tienen más limitada, aunque por sus normales hábitos de vida (pasa la mayor parte del día en tejoneras, de modo que solo sale habitualmente de noche), está adaptado a la visión nocturna y a la oscuridad.
El tejón es un animal de hábitos nocturnos, pudiendo comenzar sus salidas al crepúsculo, siendo muy raro observarlo a plena luz del día. Puede trepar, aunque no está bien adaptado para ello, y nada bien. También puede correr con cierta rapidez. En caso de peligro o verse acorralado emite aullidos (Reinochholf, 1995). Es muy juguetón con sus congéneres, tanto de jóvenes como de adultos y participa en el aseo corporal de los compañeros de especie.
El tejón es una especie que habita nuestro planeta desde la antigüedad, estimándose por los palenteólogos, que ya tenía las características actuales hace 4 millones de años (E. Neal y C. Cheeseman, 1991), considerándose que su dentición ha sido lo que más ha evolucionado. Así mientras que en los albores de los tiempos exclusivamente estaba adaptado al consumo de carne fresca, posteriormente se adaptó al consumo tanto de carne como de vegetales, lombrices e insectos. Sus restos óseos han aparecido en diferentes yacimientos paleontológicos de Eurasia, así se ha encontrado en la Cueva de Gabasa en Huesca (M.F. Blasco, 1995), como también se han localizado restos fósiles en la depresión de Guadix-Baza correspondientes al Holoceno (Ruiz Bustos, 1995).
Aunque no está unánimemente admitido por la comunidad científica, en la península ibérica se localiza la subespecie marianensis, descrita en el siglo XIX por el naturalista Mariano de la Paz Graells. Su distribución es exclusivamente ibérica, alcanzando hasta los Pirineos, donde se mezcla con la nominal meles, que tiene un tamaño mayor y colores más oscuros en el pelaje del dorso y flancos.
Los tejones son muy sociables y suelen vivir en grupos de 2 a 12 individuos, con un promedio de 4 a 6 adultos, aun cuando se han llegado a citar grupos de hasta 23 individuos, que habitan en grutas subterráneas excavadas por ellos mismos, llamadas tejoneras, aunque también son conocidas como cados, huras y "setts", en terminología anglosajona Estos sistemas de túneles pueden tener una longitud muy grande. La excavación de un sett en Inglaterra, que es citado de forma habitual por la literatura científica, reveló que contaba con 879 metros de túneles, 50 compartimientos, y 178 entradas. Los investigadores estimaban que su construcción requirió extraer ¡70 toneladas de tierra y empleó varios siglos de trabajo!. Ello evidenció que se trataba de una tejonera heredada por generaciones (E. Neal, 1977). Si bien lo habitual en nuestra zona en que tan solo tenga tres o cuatro bocas y una decena de metros de longitud, aunque nosotros hemos podido localizar una tejonera, parte de la cual se reproduce en las imágenes laterales, que contaba con un total de doce bocas, algunas de ellas camufladas por la vegetación arbustiva y otras localizadas a cielo abierto. Parte de esta tejonera, y con motivo de unas lluvias torrenciales, se hundió, dejando visible parte de su estructura interna y en particular la cámara principal, la que se reproduce en la siguiente imagen y que permite apreciar su especial tamaño, permitiendo el paso por su interior de una persona, aún después del hundimiento.
21 octubre 2008
EL TEJÓN
Publicado por
Aniano Arnaiz y Jota
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