18 abril 2008
NOMBRES -S-
Estos son casi todos los nombres que ha habido y hay en Espinosa de Cerrato. Faltará alguno, seguro y lo que sigue puede ser el significado de los mismos. (El significado de los nombres que aún no lo tienen se irá añadiendo a medida que se vaya poniendo. Si nos hemos dejado algún nombre, hacédnoslo llegar)
TODOS LOS DATOS QUE FIGURAN EN CADA NOMBRE HAN SIDO SACADOS EN SU MAYORÍA DE EL ALMANAQUE, CUYA DIRECCIÓN ELECTRÓNICA ES http://www.elalmanaque.com/index.htm , PAGINA QUE OS ACONSEJO VISITÉIS PORQUE TIENE COSAS MUY CURIOSAS, Y OTROS DE http://www.terra.es/personal/angerod/opciones.htm
Sagrario: No disponible de momento
Salvador: Forma parte este nombre del reducido grupo de los que no necesitan explicaciones etimológicas, puesto que su significado y su origen se entienden directamente. Se refiere a uno de los sobrenombres de Cristo. Ha sido y sigue siendo muy popular en los países de habla hispana y en Italia. En los demás países, en cambio, es desconocido. Su uso nació por un exceso de celo en el cumplimiento del precepto que manda no nombrar a Dios en vano. Para no incurrir en descuido, se prefirió sustituir el nombre de Dios por el de "El Señor", y el de Jesús, por el de "Cristo" o "El Salvador".
Samuel: En el radical hebreo sm, con vocalizaciones diversas (las vocales no se escriben, se deducen de las consonantes), tenemos los significados de allí, (Dios está allí), nombre (El nombre=el poder de Dios), grandeza, excelsitud (La grandeza de Dios), cielo (El cielo de Dios), todos compatibles entre sí, todos igual de válidos como interpretación del valor intrínseco del nombre de Samuel. Nos encontramos, por tanto, sin ninguna duda, ante un nombre de gran entidad, tanto por el personaje bíblico que lo encarna, de primera fila, justo a continuación de Moisés y de los patriarcas, aventajando incluso a la mayoría de los profetas; como por el valor tan amplio y a la vez profundo del nombre. Al nacer, su madre le llamó Samuel, porque lo consideró un don de Dios: entendió que Dios había escuchado su súplica (Dios ha escuchado) concediéndole el hijo tras largos años de esterilidad. En los países de habla inglesa se popularizó mucho más que en los de habla hispana (el recelo con que se trataban judíos y cristianos en España hacía algo incómodo para estos últimos llevar nombres del Antiguo Testamento). Una de las pruebas de ello es que nos ha quedado "el tío Sam" (hipocorístico de Samuel) como nombre genérico del norteamericano.
Sandra: Es el hipocorístico italiano de Alessandra, del que se ha tomado la segunda parte. Este nombre tiene su origen en la fascinación que ha ejercido sobre la humanidad de todas las épocas el gran Alejandro por antonomasia, en cuya grandeza también las mujeres quisieron tener parte y gozar de la acción benéfica que tienen los grandes nombres en quienes los llevan. Del griego alexioV (aléxios), que significa defensor, protector, derivan los nombres propios AlexaV (Alexas), AlexiV (Alexis), Alexw (Aléxo), Alexwn (Aléxon) y Alexiwn (Alexíon); y media docena de compuestos, entre los que Alex-androV (Aléx-andros), que significa protector del hombre, es el más conocido. En la abreviación Alex en realidad coinciden ambos nombres. Sandro, Sandra, Alejandra y Alejandrina son derivados de Alejandro. En la mitología griega, Alejandro era un sobrenombre de Paris, encargado de proteger a las tropas contra los ladrones, lo que explica la etimología del nombre.
Santiago: Yago fue la forma que tenía en la Edad Media el nombre bíblico "Jacob", ilustre porque lo llevó el patriarca que arrebató la primogenitura a su hermano Esaú, y que a partir de sus doce hijos fundó el pueblo de Israel organizado en las doce tribus; pero mucho más ilustre entre nosotros porque éste es el nombre del apóstol al que llamamos Santiago (Sant + Yago) el Mayor, que según la tradición vino a predicar el Evangelio a España. El nombre hebreo del que procede Yago es Yakob y suele interpretarse como "el que anda a la sombra de Dios". En español tenemos también la forma "Jaime", evolucionada a partir de la forma latina Jacobus, que en francés dio Jacques y en italiano Giáccomo. A partir de estas transformaciones es más fácil adivinar la transformación de Jacobus en Jaime. La universalidad de este nombre es extraordinaria. A ello contribuyeron en especial las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol en Santiago de Compostela, desde todos los rincones de la cristiandad. Santiago fue, con Roma y Jerusalén, uno de los tres grandes lugares de peregrinación de la cristiandad. Tal era la multitud de peregrinos que en los tres siglos de esplendor pululaban por los caminos que llevaban a Santiago, que los devotos empezaron a llamar a la ruta luminosa de la Vía Láctea , Camino de Santiago, por la semejanza entre las innumerables estrellas de ésta con las riadas de peregrinos al sepulcro del Apóstol.
Sara: "Princesa", ese es el bello significado de la palabra hebrea Sarai. Es hermoso que te llamen princesa. Eso es señal de que quien así te llama, te ha entronizado en su corazón. Es tener la seguridad de que para alguien eres una princesa. ¡Claro que es un nombre seductor! ¡Claro que es halagador! Por eso sigue llevándose desde hace casi tres mil años; y mientras se conozca su valor, no desaparecerá. Seguirá siendo el nombre de las que han sido elegidas por el destino para ser princesas de corazones.
Saturio: Variante de Saturno. Según la mitología romana, Saturno era el dios de la agricultura; fundador del orden social y de la civilización.
Saturnino: Saturnino es un nombre de origen latino muy antiguo, derivado de Saturno, que a su vez deriva de la palabra latina sator, que significa "sembrador" y a cuyo entorno pertenecen las palabras "saturar" y "satisfecho" (a través del adverbio satis, que significa "bastante", de satus, participio de sero, que significa "sembrar"). Saturno hizo su aparición, pues, en el cielo romano como dios sembrador, como dios de la agricultura y de la naturaleza. Dicen las mitologías que de Saturno aprendió el hombre las labores del campo y el amor a la naturaleza.
Dignísimas de destacar son las fiestas saturnales (Saturnalia), las grandes fiestas de fin de año, que empezaron durando un día hasta que se alargaron a 7 (del 17 al 23 de diciembre). El cristianismo absorbió una parte de estas fiestas, y el resto siguió su andadura al margen de las celebraciones religiosas. Durante las Saturnales los esclavos comían a la mesa con los amos y eran sus iguales, quedando libres del servicio; se cerraban las escuelas; se jugaba a la lotería, cosa que el resto del año estaba prohibida; se intercambiaban regalos, entre ellos antorchas; la gente seria se permitía salir a la calle con ropa de casa a divertirse; reinaba un ambiente general de alegría y regocijo. La víspera del primer día de las Saturnales, los niños recorrían las calles gritando: Io Saturnalia!Los Saturninos pueden sentirse felices de tener un nombre con tanta solera.
Sebastián: Un nombre de origen singular. No existe como tal nombre en griego, pero es evidentemente una palabra griega derivada del verbo sebasteuw (sebastéuo), que a su vez deriva de sebazw (sebátzo), que significa reverenciar, honrar. Se utilizó en griego el término sebasth (sebasté) y sebastiaV (sebastiás) para traducir la palabra latina "augusto -a" durante la dominación romana. De ahí sería razonable deducir que el primer San Sebastián era hijo de una familia de origen griego.
Sebastiana: Femenino de Sebastián. Derivado del griego, significa "Aquella respetada y venerada". Se le invoca contra la guerra.
Secundino: En los registros romanos, de forma muy parecida a los nuestros, se inscribía a los hijos en orden de nacimiento. Así, el primero iba precedido del adjetivo ordinal "Primus" o también "Máximus", que significa "el Primero" o "el Mayor". El segundo iba precedido del ordinal "Secundus", es decir "Segundo" y así sucesivamente. Es normal que esta característica se utilizase a menudo como apodo, y que de ahí acabase convirtiéndose en nombre propio, que a su vez dio lugar al gentilicio "Secundinus", con el valor de "Hijo de Segundo". Por su propia naturaleza fueron muy abundantes en Roma estos nombres, por lo que se han ido manteniendo hasta hoy como distintivos antiquísimos de familia.
Serapio: Griego. Derivado del dios greco egipcio Serapis. El Osiris resucitado y convertido en el toro Apis. Dios de la fertilidad y la medicina, representaba la fuerza masculina y soberano del reino de los muertos. También válido Serapión.
Sergio: De probable origen etrusco, el nombre Sergio originó el romano Sergius, de incierto significado, aunque suele traducirse como guardián. El poeta Virgilio lo hace proceder del nombre del guerrero troyano Sergestus. Fue también el nombre de una familia romana de origen etrusco, uno de cuyos miembros principales fue Lucius Sergius Catilina, al que Cicerón dedicó sus feroces Catilinarias, en defensa de la amenazada República y para prevenir a los conciudadanos. Al ser también un nombre muy utilizado por la Iglesia oriental, se ha pretendido considerarlo, aunque erróneamente, como ruso.
Serotina: No disponible de momento
Severina: Derivación de Severa. Del latín “Severus” significa "Aquella que vive de forma austera".
Silvano: Latín. Del latín significa "Habitante de la selva". Forma masculina de Silvana. Patrón de los leprosos.
Silverio: Latín. Del latín significa "Habitante de la selva". Forma masculina de Silvana. Derivado de Silvano.
Sixto: Latín. Significa "Aquel que vence en las batallas". Sixto I Papa.
Socorro: Del latín sub currere, significa ir diligentemente en ayuda de quien lo necesita. El nombre común es conocido especialmente como exclamación. Sólo el que está realmente apurado grita ¡Socorro! Y lo importante no es la petición, sino la prestación de este socorro. Efectivamente se llama así toda ayuda que llega en momentos de gran apuro, sea en la guerra, en los accidentes, en la enfermedad. Por eso, cuando los cristianos se encomendaron a la Madre de Dios como la mejor dispensadora de todo socorro, fueron tan espectaculares los resultados, que creció imparable el culto a la Virgen del Perpetuo Socorro, y se convirtió en algo habitual poner a las niñas al nacer bajo la protección de esta advocación de la Virgen, bautizándolas con el nombre de Socorro. Este nombre tiene como característica muy particular que se alterna con un largo elenco de hipocorísticos (diminutivos cariñosos).
Soledad: Nombre totalmente transparente en cuanto a su significado, y también en cuanto a su valor, allí donde más se lleva, que es donde la Virgen de la Soledad cuenta con la devoción de todo el pueblo. Es una Virgen dolorosa, igual que la Virgen de la Piedad o la Virgen de los Dolores, estrechamente vinculadas a la Semana Santa y a las solemnísimas celebraciones que con este motivo tienen lugar. Los pasos de la Soledad, las procesiones de la Soledad y del Silencio nos evocan la figura de la Virgen después de morir su Hijo, sumida en la más profunda soledad. Este trance de María ha encendido la inspiración de los escultores y de los poetas y la fe del pueblo. Saetas que cortan el aire, lloran más que cantan la soledad de la Virgen en el silencio sobrecogedor de estas procesiones. Es comprensible que todos estos ritos, junto con la imaginería que les acompaña, cuyas más hondas raíces se pierden en el origen de los tiempos, hayan querido perpetuarse entre los más bellos nombres de mujer. Las Soledades celebran su onomástica el Viernes Santo (en algunas localidades, el Sábado santo), día en que se conmemora Nuestra Señora de la Soledad.
Sonia: Variante eslavo-rusa del nombre Sofía. Del griego “Sophia” significa "Aquella que acumula saberes".
Soraya: Equivalente al nombre Zoraida. Del árabe, significa "Aquella que es agradable y positiva".
Susana: Ha pasado a nuestra lengua como nombre bíblico, procedente del hebreo Susan, que significa "lirio". Muy probablemente está emparentado con el árabe a-suçena, que en español da azucena, nombre de una liliácea, es decir de la familia de los lirios. Pese a su belleza no se ha prodigado este nombre; recientemente ha experimentado un cierto auge, aunque sigue siendo bastante infrecuente.
TODOS LOS DATOS QUE FIGURAN EN CADA NOMBRE HAN SIDO SACADOS EN SU MAYORÍA DE EL ALMANAQUE, CUYA DIRECCIÓN ELECTRÓNICA ES http://www.elalmanaque.com/index.htm , PAGINA QUE OS ACONSEJO VISITÉIS PORQUE TIENE COSAS MUY CURIOSAS, Y OTROS DE http://www.terra.es/personal/angerod/opciones.htm
Sagrario: No disponible de momento
Salvador: Forma parte este nombre del reducido grupo de los que no necesitan explicaciones etimológicas, puesto que su significado y su origen se entienden directamente. Se refiere a uno de los sobrenombres de Cristo. Ha sido y sigue siendo muy popular en los países de habla hispana y en Italia. En los demás países, en cambio, es desconocido. Su uso nació por un exceso de celo en el cumplimiento del precepto que manda no nombrar a Dios en vano. Para no incurrir en descuido, se prefirió sustituir el nombre de Dios por el de "El Señor", y el de Jesús, por el de "Cristo" o "El Salvador".
Samuel: En el radical hebreo sm, con vocalizaciones diversas (las vocales no se escriben, se deducen de las consonantes), tenemos los significados de allí, (Dios está allí), nombre (El nombre=el poder de Dios), grandeza, excelsitud (La grandeza de Dios), cielo (El cielo de Dios), todos compatibles entre sí, todos igual de válidos como interpretación del valor intrínseco del nombre de Samuel. Nos encontramos, por tanto, sin ninguna duda, ante un nombre de gran entidad, tanto por el personaje bíblico que lo encarna, de primera fila, justo a continuación de Moisés y de los patriarcas, aventajando incluso a la mayoría de los profetas; como por el valor tan amplio y a la vez profundo del nombre. Al nacer, su madre le llamó Samuel, porque lo consideró un don de Dios: entendió que Dios había escuchado su súplica (Dios ha escuchado) concediéndole el hijo tras largos años de esterilidad. En los países de habla inglesa se popularizó mucho más que en los de habla hispana (el recelo con que se trataban judíos y cristianos en España hacía algo incómodo para estos últimos llevar nombres del Antiguo Testamento). Una de las pruebas de ello es que nos ha quedado "el tío Sam" (hipocorístico de Samuel) como nombre genérico del norteamericano.
Sandra: Es el hipocorístico italiano de Alessandra, del que se ha tomado la segunda parte. Este nombre tiene su origen en la fascinación que ha ejercido sobre la humanidad de todas las épocas el gran Alejandro por antonomasia, en cuya grandeza también las mujeres quisieron tener parte y gozar de la acción benéfica que tienen los grandes nombres en quienes los llevan. Del griego alexioV (aléxios), que significa defensor, protector, derivan los nombres propios AlexaV (Alexas), AlexiV (Alexis), Alexw (Aléxo), Alexwn (Aléxon) y Alexiwn (Alexíon); y media docena de compuestos, entre los que Alex-androV (Aléx-andros), que significa protector del hombre, es el más conocido. En la abreviación Alex en realidad coinciden ambos nombres. Sandro, Sandra, Alejandra y Alejandrina son derivados de Alejandro. En la mitología griega, Alejandro era un sobrenombre de Paris, encargado de proteger a las tropas contra los ladrones, lo que explica la etimología del nombre.
Santiago: Yago fue la forma que tenía en la Edad Media el nombre bíblico "Jacob", ilustre porque lo llevó el patriarca que arrebató la primogenitura a su hermano Esaú, y que a partir de sus doce hijos fundó el pueblo de Israel organizado en las doce tribus; pero mucho más ilustre entre nosotros porque éste es el nombre del apóstol al que llamamos Santiago (Sant + Yago) el Mayor, que según la tradición vino a predicar el Evangelio a España. El nombre hebreo del que procede Yago es Yakob y suele interpretarse como "el que anda a la sombra de Dios". En español tenemos también la forma "Jaime", evolucionada a partir de la forma latina Jacobus, que en francés dio Jacques y en italiano Giáccomo. A partir de estas transformaciones es más fácil adivinar la transformación de Jacobus en Jaime. La universalidad de este nombre es extraordinaria. A ello contribuyeron en especial las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol en Santiago de Compostela, desde todos los rincones de la cristiandad. Santiago fue, con Roma y Jerusalén, uno de los tres grandes lugares de peregrinación de la cristiandad. Tal era la multitud de peregrinos que en los tres siglos de esplendor pululaban por los caminos que llevaban a Santiago, que los devotos empezaron a llamar a la ruta luminosa de la Vía Láctea , Camino de Santiago, por la semejanza entre las innumerables estrellas de ésta con las riadas de peregrinos al sepulcro del Apóstol.
Sara: "Princesa", ese es el bello significado de la palabra hebrea Sarai. Es hermoso que te llamen princesa. Eso es señal de que quien así te llama, te ha entronizado en su corazón. Es tener la seguridad de que para alguien eres una princesa. ¡Claro que es un nombre seductor! ¡Claro que es halagador! Por eso sigue llevándose desde hace casi tres mil años; y mientras se conozca su valor, no desaparecerá. Seguirá siendo el nombre de las que han sido elegidas por el destino para ser princesas de corazones.
Saturio: Variante de Saturno. Según la mitología romana, Saturno era el dios de la agricultura; fundador del orden social y de la civilización.
Saturnino: Saturnino es un nombre de origen latino muy antiguo, derivado de Saturno, que a su vez deriva de la palabra latina sator, que significa "sembrador" y a cuyo entorno pertenecen las palabras "saturar" y "satisfecho" (a través del adverbio satis, que significa "bastante", de satus, participio de sero, que significa "sembrar"). Saturno hizo su aparición, pues, en el cielo romano como dios sembrador, como dios de la agricultura y de la naturaleza. Dicen las mitologías que de Saturno aprendió el hombre las labores del campo y el amor a la naturaleza.
Dignísimas de destacar son las fiestas saturnales (Saturnalia), las grandes fiestas de fin de año, que empezaron durando un día hasta que se alargaron a 7 (del 17 al 23 de diciembre). El cristianismo absorbió una parte de estas fiestas, y el resto siguió su andadura al margen de las celebraciones religiosas. Durante las Saturnales los esclavos comían a la mesa con los amos y eran sus iguales, quedando libres del servicio; se cerraban las escuelas; se jugaba a la lotería, cosa que el resto del año estaba prohibida; se intercambiaban regalos, entre ellos antorchas; la gente seria se permitía salir a la calle con ropa de casa a divertirse; reinaba un ambiente general de alegría y regocijo. La víspera del primer día de las Saturnales, los niños recorrían las calles gritando: Io Saturnalia!Los Saturninos pueden sentirse felices de tener un nombre con tanta solera.
Sebastián: Un nombre de origen singular. No existe como tal nombre en griego, pero es evidentemente una palabra griega derivada del verbo sebasteuw (sebastéuo), que a su vez deriva de sebazw (sebátzo), que significa reverenciar, honrar. Se utilizó en griego el término sebasth (sebasté) y sebastiaV (sebastiás) para traducir la palabra latina "augusto -a" durante la dominación romana. De ahí sería razonable deducir que el primer San Sebastián era hijo de una familia de origen griego.
Sebastiana: Femenino de Sebastián. Derivado del griego, significa "Aquella respetada y venerada". Se le invoca contra la guerra.
Secundino: En los registros romanos, de forma muy parecida a los nuestros, se inscribía a los hijos en orden de nacimiento. Así, el primero iba precedido del adjetivo ordinal "Primus" o también "Máximus", que significa "el Primero" o "el Mayor". El segundo iba precedido del ordinal "Secundus", es decir "Segundo" y así sucesivamente. Es normal que esta característica se utilizase a menudo como apodo, y que de ahí acabase convirtiéndose en nombre propio, que a su vez dio lugar al gentilicio "Secundinus", con el valor de "Hijo de Segundo". Por su propia naturaleza fueron muy abundantes en Roma estos nombres, por lo que se han ido manteniendo hasta hoy como distintivos antiquísimos de familia.
Serapio: Griego. Derivado del dios greco egipcio Serapis. El Osiris resucitado y convertido en el toro Apis. Dios de la fertilidad y la medicina, representaba la fuerza masculina y soberano del reino de los muertos. También válido Serapión.
Sergio: De probable origen etrusco, el nombre Sergio originó el romano Sergius, de incierto significado, aunque suele traducirse como guardián. El poeta Virgilio lo hace proceder del nombre del guerrero troyano Sergestus. Fue también el nombre de una familia romana de origen etrusco, uno de cuyos miembros principales fue Lucius Sergius Catilina, al que Cicerón dedicó sus feroces Catilinarias, en defensa de la amenazada República y para prevenir a los conciudadanos. Al ser también un nombre muy utilizado por la Iglesia oriental, se ha pretendido considerarlo, aunque erróneamente, como ruso.
Serotina: No disponible de momento
Severina: Derivación de Severa. Del latín “Severus” significa "Aquella que vive de forma austera".
Silvano: Latín. Del latín significa "Habitante de la selva". Forma masculina de Silvana. Patrón de los leprosos.
Silverio: Latín. Del latín significa "Habitante de la selva". Forma masculina de Silvana. Derivado de Silvano.
Sixto: Latín. Significa "Aquel que vence en las batallas". Sixto I Papa.
Socorro: Del latín sub currere, significa ir diligentemente en ayuda de quien lo necesita. El nombre común es conocido especialmente como exclamación. Sólo el que está realmente apurado grita ¡Socorro! Y lo importante no es la petición, sino la prestación de este socorro. Efectivamente se llama así toda ayuda que llega en momentos de gran apuro, sea en la guerra, en los accidentes, en la enfermedad. Por eso, cuando los cristianos se encomendaron a la Madre de Dios como la mejor dispensadora de todo socorro, fueron tan espectaculares los resultados, que creció imparable el culto a la Virgen del Perpetuo Socorro, y se convirtió en algo habitual poner a las niñas al nacer bajo la protección de esta advocación de la Virgen, bautizándolas con el nombre de Socorro. Este nombre tiene como característica muy particular que se alterna con un largo elenco de hipocorísticos (diminutivos cariñosos).
Soledad: Nombre totalmente transparente en cuanto a su significado, y también en cuanto a su valor, allí donde más se lleva, que es donde la Virgen de la Soledad cuenta con la devoción de todo el pueblo. Es una Virgen dolorosa, igual que la Virgen de la Piedad o la Virgen de los Dolores, estrechamente vinculadas a la Semana Santa y a las solemnísimas celebraciones que con este motivo tienen lugar. Los pasos de la Soledad, las procesiones de la Soledad y del Silencio nos evocan la figura de la Virgen después de morir su Hijo, sumida en la más profunda soledad. Este trance de María ha encendido la inspiración de los escultores y de los poetas y la fe del pueblo. Saetas que cortan el aire, lloran más que cantan la soledad de la Virgen en el silencio sobrecogedor de estas procesiones. Es comprensible que todos estos ritos, junto con la imaginería que les acompaña, cuyas más hondas raíces se pierden en el origen de los tiempos, hayan querido perpetuarse entre los más bellos nombres de mujer. Las Soledades celebran su onomástica el Viernes Santo (en algunas localidades, el Sábado santo), día en que se conmemora Nuestra Señora de la Soledad.
Sonia: Variante eslavo-rusa del nombre Sofía. Del griego “Sophia” significa "Aquella que acumula saberes".
Soraya: Equivalente al nombre Zoraida. Del árabe, significa "Aquella que es agradable y positiva".
Susana: Ha pasado a nuestra lengua como nombre bíblico, procedente del hebreo Susan, que significa "lirio". Muy probablemente está emparentado con el árabe a-suçena, que en español da azucena, nombre de una liliácea, es decir de la familia de los lirios. Pese a su belleza no se ha prodigado este nombre; recientemente ha experimentado un cierto auge, aunque sigue siendo bastante infrecuente.
Publicado por
Aniano Arnaiz y Jota
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